Oh tú, el ángel más bello y asimismo el más sabio
Dios privado de suerte y ayuno de alabanzas,
¡Oh Satán ten piedad de mi larga miseria!
Príncipe del exilio, a quien perjudicaron,
y que, vencido, aún te alzas con más fuerza,
¡Oh Satán ten piedad de mi larga miseria!
Tú que todo lo sabes, oh gran rey subterráneo,
familiar curandero de la angustia del hombre,
¡Oh Satán ten piedad de mi larga miseria!
Tú que incluso al leproso y a los parias más bajos
solo por amor muestras el gusto del Edén,
¡Oh Satán ten piedad de mi larga miseria!
Oh tú que de la muerte, tu vieja y firme amante,
engendras la Esperanza- ¡esa adorable loca!
¡Oh Satán ten piedad de mi larga miseria!
Tú que das al proscrito esa altiva mirada
que en torno del cadalso condena a un pueblo entero
¡Oh Satán ten piedad de mi larga miseria!
[...] Tú, que en el corazón de las putas enciendes
el culto por las llagas y el amor a los trapos
¡Oh Satán ten piedad de mi larga miseria!
Báculo de exiliados, lámpara de inventores,
confidente de ahorcados y de conspiradores,
¡Oh Satán ten piedad de mi larga miseria!
Padre adoptivos de aquellos que, en su cólera,
del paraíso terrestre arrojó Dios un día,
¡Oh Satán ten piedad de mi larga miseria!
Oración
Gloria y loor a ti, Satán, en las alturas
del cielo donde reinas y en las profundidades
del infierno en el que sueñas, vencido y silencioso,
haz de mi alma, bajo el Árbol de la Ciencia,
cerca de ti repose, cuando, sobre tu frente,
como una Iglesia nueva sus ramajes expandan.
Charles Baudelaire
Análisis
Como podemos contemplar en este poema dedicado a Satán, el poeta se expresa con una libertad de añoranza y amor fiel a su única salvación, éste es un dios que conoce la gente más bien como un dios maligno, pero el poeta trata de mostrar una cara totalmente diferente a la maldad de dicha criatura, describiéndolo como un Dios que entiende a las personas, ya que llega a sentir lo mismo que las personas, un Satán semejante a un ángel bello, poderoso, tolerante y en fin un ser superior y confiable en el que puedes tener confianza, este es Satán según Charles Baudelaire
Friedrich Wilhelm Nietzche (Filosofía occidental del Siglo XIX) afirma que la libertad puede resumirse en una sola palabra: No. Desde el momento en que el hombre aprendió a decir no, a negar aquello que incluso es inevitable, fue libre.
Satán es un ejemplo, acaso radical, de la búsqueda de la libertad. Incluso cuando esta nos lleve a enfrentarnos a lo inexorable.